sábado, 10 de febrero de 2018

Carnaval Carnaval

Buenas Noches desde el rincón en le que escribo.

La vorágine de la actualidad nos arrastra hasta una espiral de acontecimientos. Y este es el caso de este fin de semana en el que nos encontramos, el carnaval nos ha atrapado con sus máscaras, disfraces y charangas. Las comparsas van por la calle precedidas por su música y jolgorio, alegría y colores, como una serpiente multicolor. Probablemente sea la fiesta de origen pagano que continuamos disfrutando tanto o más que las que la religión a adoptado para la sociedad actual. Pero el carnaval tiene un componente mágico que nos trasporta a un mundo en el que todo es posible, solo por un día todo está permitido. Los astronautas recorren las calles de la mano de piratas. Los indios y vaqueros danzan y bailan junto a alienígenas y robots y los cavernícolas se cuelgan sus mejores pieles para compartir mesa y bebida con los vikingos, los espadachines o los monstruos. Como decía por unos días todo está permitido, la magia, los sueños y la diversión reinan por doquier. Exactamente lo mismo que ocurre en los libros. 

Un libro nos permite viajar sin movernos del sofá. Sentirnos alguien que no somos e incluso vivir vidas prestadas que no son nuestras. Durante las lecturas, despolillamos los antiguos trajes guardados en el arcón de nuestra memoria, nos ceñimos la piel de personajes que jamás podremos ser y nos tocamos con el aspecto de otros mientras, por ejemplo, el tren nos aleja de la ciudad de Barcelona con rumbo a una ciudad cualquiera. Ese personaje vuelve al interior de las páginas del libro cuando nos bajamos del tren y vuelve a tomar cuerpo en el momento en que abrimos sus páginas para compartir el café de la mañana, o el tiempo de la siesta de la tarde. Muchos de esos personajes, o esos parajes son lo último que vemos antes de dormirnos, o lo primero que vemos al despertar. Personajes que nacen en la imaginación de un autor y toman cuerpo cada vez que nuestros dedos pasan las hojas de su libro, que se visten cuando nuestros ojos leen negro sobre blanco sus peripecias y que toman cuerpo cuando nuestra mente las imagina. Y perecen cuando acabamos el libro, pero que vuelven a nacer cuando unos nuevos dedos, unos nuevos ojos y unas nuevas mentes los descubren de nuevo convirtiéndose en eternos, en inmortales, y por que no decirlo, en mitos.

Tanto el carnaval como los libros son algunos ejemplos de como necesitamos evadirnos de nuestra realidad, ser otras personas, aunque solo sea por unos instantes. Imaginar, vivir, soñar. En definitiva, vivir. Pues esto es la vida, la realidad de cada uno, diaria, en ocasiones agradable, a veces dura y también cruel, pero nuestra. Y también la fantasía, los sueños y la ilusión. Los mundos imaginarios y la evasión de nuestra realidad. La literatura es una de las vías de escape de esa realidad no siempre tan agradable. Lo es para el escritor, que llena las páginas en blanco de sueños, lo es para los lectores que viven esos sueños y lo es para todos aquellos que hacen posibles esos sueños, porque tanto los escritores como los lectores necesitan de esas personas que nos rodean, que a veces nos apoyan y otras parecen que nos odian. Los amigos, las familias, los compañeros, los indeseables, los odiosos, aquellos a los que odiamos y por los que somos odiados, todos ellos son necesarios e importantes en nuestras vidas. Al igual que un protagonista necesita de su antagonista pues es este su razón de ser. ¿Qué sería de Sherlock Holmes sin Moriarti?, ¿Qué de los mosqueteros sin Richelie? ¿Cómo entenderíamos a Superman sin Lex Luthor? No podríamos existir si no tuviéramos aliados y enemigos. Igual que los fantasía y la realidad, una y otra son necesarias en nuestras vidas.

Por eso, aunque a medida que pasan los años me siento con menos ganas de disfrazarme si que las tengo de seguir viviendo fantasías, ya sea escribiéndolas o leyéndolas, ya sea imaginándomelas o soñándolas. Qué viva el carnaval, la magia, la imaginación y la fantasía. 

Por hoy es todo, nos vemos en "Mi Rincón de escribir". Nos leemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario