viernes, 29 de diciembre de 2017

También los cuentos infantiles

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Quería aprovechar la entrada de hoy para haceros partícipes de un nuevo logro personal del que me siento particularmente satisfecho. Hace poco me han dado la noticia de que, no uno sino dos, cuentos cortos infantiles míos formaran parte de la antología del concurso "Cuentos para Soñar" de la editorial OJOS VERDES. Eso significa que he vuelto a resultar finalista. Como digo, me hace una ilusión particular pues nunca antes había escrito cuentos infantiles y me costaron más de lo que imaginé, pero el resultado final me gustó y por eso mi satisfacción. 

Aquí os voy a dejar los dos cuentos, no dispongo todavía de la portada, cuando la tenga os la haré llegar, de momento os dejo los dos cuentos, el primero lleva por título "Que te pillo, que te pillo" y dice así:

Érase una vez que se era, en un lugar muy muy lejano que en realidad no lo es tanto que dos amigos estaban jugando. Él era apuesto y galante, se llamaba Sol, ella era dulce y muy bella, digamos que llamaba Luna. Eran buenos amigos. Los mejores amigos que nunca hubieran existido, pero se pasaban los días jugando. Descuidando de esta manera sus otros quehaceres.
Los padres de ambos estaban enfadados con ellos por este motivo, veían bien que jugaran de vez en cuando, pero no estaba bien que no estudiaran por ejemplo, ni ayudaran en sus casas, ni hicieran otras cosas como leer o escuchar música o cualquier otra actividad extraescolar que les apeteciera, solo querían jugar y jugar, Y siempre lo hacían al “Pilla-pilla”.
Un buen día sus padres, muy serios y malcarados, decidieron darles una lección y los castigaron a estar dos días enteros sin jugar. En realidad lo hicieron por su bien, pero ellos no lo entendieron como tal y se enfadaron con sus padres hasta tal punto de no volver a hablarles. Y así fue como decidieron escaparse para seguir jugando a su juego favorito.
Y sin que mediaran más palabras los padres de Sol y de Luna, se presentaron en su lugar de juegos acompañados de un personaje que no conocían pero que era una persona respetable y respetada, se trataba de un juez capaz de dictar sentencia y ejecutarla. Cogió a cada uno de los niños de un brazo y los hizo sentarse delante de él, tan serio como estaba, y les preguntó con su potente voz señorial:
—¿Por qué os habéis escapado de casa saltándoos a la vez vuestro castigo?
—Solo queríamos jugar —respondió Sol sin mirar a los ojos a aquel hombre— ¿Eso no es malo no?
—Efectivamente, que un niño juegue no es malo —le replicó el hombre sabio— pero sí que lo es no hacer nada más y desobedecer a tus padres.
—No queríamos desobedecer —dijo Luna en defensa suya y de su amigo—, pero es que no nos pareció justo el castigo.
—Entiendo —sentenció aquel hombre con la mano apoyada en su barbilla en gesto de estar pensando—. En ese caso os daré a elegir el castigo que queráis cumplir, pero recordar, se trata de un castigo y no de un premio.
Ambos niños asintieron muy emocionados y expectantes. El juez finalmente sentenció:
—Podéis volver a casa con vuestros padres y cumplir el castigo que originalmente os pusieron… (ambos iban a abrir su boca para quejarse cuando el juez les hizo callar con un gesto de su mano)… o podéis jugar continuamente a vuestro juego, pero de tal manera que no os encontraréis jamás, no importa cuán rápido corráis o lo cansados que estéis que nunca pararéis, nunca os encontraréis pero a la vez nunca dejaréis de buscaros, así, ¿qué decidís?
Los niños se miraron unos segundos sin decirse nada y luego miraron al juez y respondieron al unísono, «elegimos jugar eternamente». Al oír esto el juez asintió con la cabeza y los dos niños desaparecieron inmediatamente. Este es el motivo por el que la Luna persigue al Sol, o puede que sea este el que persigue a Luna, en el ancho universo sin que puedan encontrarse pero sin que puedan detenerse. Pero cuando los días, o las noches, son tranquilos y sin nubes, si prestas la suficiente atención, puedes escuchar como la una y el otro van diciéndole al su amigo, ¡Que te pillo, que te pillo!

FIN.

El segundo se titula "La vaca y el zángano", espero os guste:

Había una vez, en un lugar tranquilo y apartado de un prado cercano a una ciudad grande e industrializada, que se encontraron, por casualidad, una vaca y un zángano. No es que el encuentro fuera casual, es que no se habían prestado atención hasta ese día. Paquita, que así se llamaba la vaca, envidiaba la ligereza y la capacidad de volar que tenía el zángano y a este, que se llamaba Paco le gustaría tener la fuerza de Paquita. Se posó con toda la calma que pudo sobre el hocico de ella y se presentó.
—¡Hola, me llamo Paco! —le dijo con su mejor sonrisa— perdona que te moleste pero no he podido contenerme, me sería tan útil ser como tú para desarrollar mi trabajo.
—Hola Paco yo soy Paquita, ¿Y cuál es tu trabajo si puedo saberlo? ¿Y por qué dices que te sería tan útil ser como yo?
—Me dedico a recolectar polen de las flores, y luego trasportarlo a mi colmena, aunque algunos caen por el camino y ayudo, con ello a polinizar el bosque. Hago todos los días infinidad de viajes de mi colmena a las flores y de las flores a la colmena. Así montones de veces al día. ¿Sabes lo cansado que puede llegar a ser eso? En cambio si tuviera tu fuerza, podría cargar mucho más polen y con un solo viaje ya tendría todo el trabajo hecho.
—¿Y cómo se supone que podrías meterte entre las flores si tuvieras mi tamaño? —Miró con curiosidad al zángano y cuando este negó con su cabeza y se puso triste ella prosiguió— A mí en cambio, si me vendría bien poder volar como tú.
—¿A ti para qué? —preguntó intrigado el pequeño insecto.
—Yo tengo que dar buena leche, por lo tanto tengo que comer los mejores pastos y caminar mucho para poder buscar estos y camino mucho a diario por lo que regreso a casa cansada y solo tengo ganas de dormir. Por lo que si pudiera volar todo sería mucho más fácil ya que sabría donde están los buenos pastos y no vagaría para encontrarlos. Pero soy tan pesada...
Paco miró a Paquita desconcertado. Quería ayudarla y tal vez que le ayudaran a él pero no sabía como conseguirlo. Volvió a mirar a Paquita y le dijo:
—Ciertamente tenemos un problema, ninguno de los dos está contento con lo que tiene, pero mi buena amiga, me temo que ninguno puede tener lo que desea, ¿y sí colaboramos? Yo podría indicarte por donde hay buenos prados y tú podrías ayudarme a cargar el polen que recolecte.
—Me parece una genial idea.
Y juntos y contentos empezaban a adentrarse en aquel lugar cuando de repente vieron un enjambre de animales que salían despavoridos en dirección contraria a la que ellos llevaban. Entre los diferentes animales que vieron estaban las ardillas, los conejos, las orugas, los gusanos, los escarabajos y otros animalitos e insectos similares.
—¿Qué ocurre? —preguntó espantada Paquita.
—No lo sé —respondió Paco, pero se elevó para mirar que ocurría— ¡Fuego, fuego! —fue lo único que pudo decir.
Paquita echó a correr en dirección contraria y a su paso, iba cargando sobre su grupa al resto de animales que encontraba, como si se tratara de los lomos de un hermoso y brioso corcel, Paco por su parte voló cuan rápido era (y al ser pequeño lo hizo deprisa) para avisar a todos los habitantes del bosque para que huyeran y a las aves para que no entraran. Una vez todos estuvieron a salvo Paco y Paquita se despidieron hasta el día siguiente para poner en práctica su acuerdo de colaboración, sin darse cuenta que ya lo habían puesto en marcha para salvar a todos aquellos animales que sin ellos habrían muerto calcinados.
A veces, detestamos algo de nosotros que querríamos cambiar por lo de nuestros vecinos y no somos conscientes que esa característica es la que nos hace diferentes y únicos.
FIN.

Es todo por hoy, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Relato, relato, relato

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Quería aprovechar estas fechas pre-navideñas para haceros un regalo de la mejor forma que sé, es decir, en forma de relato. En esta ocasión no ha sido un relato que haya sido escrito para participar en ningún concurso literario, ni para formar parte de ninguna antología, puede que algún día aparezca en algún libro o puede que no, pero de momento es el momento de que vea la luz en forma de regalo navideño. Espero lo disfrutéis. Lleva por título: 

NO ME GUSTAN LOS CAMBIOS
Soy un hombre tranquilo al que no le gustan los cambios. He vivido toda mi vida en el mismo lugar, una tranquila ciudad en una tranquila calle, concretamente en la calle del Carmen, aunque todos la conocen como la de los bomberos, aunque nunca jamás ha tenido un cuartel de bomberos ni nada por el estilo. Se la conoce así porque fue ideada para que albergara las viviendas de los bomberos para cuando la base de operaciones estuviera operativa y esta nunca llegó, siquiera, a construirse, por lo que las casas diseñadas para tal efecto, en total ochenta construcciones, cuarenta a derecha y cuarenta a izquierda, se quedaron sin bomberos y las pusieron a la venta, siendo mi bisabuelo uno de los afortunados en poseerlas. Básicamente son todas iguales, viviendas de una sola planta con dos habitaciones, un salón comedor con la cocina junto a este, cuando no estaba de moda que se hicieran de esta manera, y un baño amplio. No son muy grandes pero tampoco son pequeñas. Como digo la adquirió mi bisabuelo para que viviera mi abuelo, que al jubilarse regresó a su pueblo natal e hizo que se hiciera cargo de ella mi padre y ahora yo.
Como digo las ochenta casas son idénticas tanto en su interior como en su exterior a exterior salvo por cuatro de ellas. Una fue concebida para que contuviera un economato que en cuanto se supo que la estación de bomberos nunca sería construida fue sustituida por una tienda de ultramarinos primero, un bazar más tarde y actualmente convertida en colmado, como los tantos que hay, regentados por un matrimonio paquistaní. Actualmente se puede adquirir prácticamente de todo, desde alimentación básica, elementos de higiene personal, alcohol, objetos de puericultura e incluso material de ferretería. En la época de apogeo incluso se podían conseguir películas o videojuegos en alquiler.
Otra de las que diferían era la “Taberna” si bien ese no era su nombre, al igual que en la calle, todo el mundo la llamaba así. Era un pequeño restaurante, en realidad era mucho más que eso, si hubiera que describirla correctamente sería cafetería-panadería-bar-restaurante-sala de reuniones. Abría a las cinco de la mañana y preparaba desayunos, vendían pan y bollería varia y a partir de las doce se convertía en el mejor restaurante de la ciudad, además a un precio bastante económico donde servían menú al mediodía y carta por las noches. Pero era como sala de reuniones como triunfaba. La mayoría de los jóvenes y no tan jóvenes se reunían en torno al billar o futbolín que tenía y los vecinos siempre nos juntábamos allí para hacer cualquier cosa, el local entero vibró cuando Andresito marcó aquel gol que nos hizo campeones del mundo.
La tercera residencia que no era tal era la iglesia a San Juan de Dios. O eso es lo que iba a ser, templo erigido en honor del patrón del cuerpo de bomberos, pero que se quedó en poco más que una ermita al no tener bomberos. Se utilizaban sus instalaciones como teatro, sala de exposiciones, club de ajedrez o centro cultural pues poseía una de las bibliotecas más curiosas de la ciudad, si bien no la más nutrida. La presencia del santo quedó relegada a un pequeño altar en una pequeña capilla al fondo de la misma a la que ya nadie le prestaba atención, mucho menos le rezaban. Tampoco tenía torre, ni campana, ni cruz, nada que recordara que eso debía de ser un lugar de culto.
El último de los espacios que no era casa era la barbería. La inauguró uno de los mejores amigos de mi bisabuelo, compañero de armas para más señas. Una barbería a la antigua usanza, donde te afeitaban con navaja y te cortaban el pelo sin lavarte la cabeza, tan solo humedeciéndola con un rociador, pues decían que eso era lo más recomendable. Curiosamente hoy en día no quedaba nada de todo aquello, ni tan siquiera el sillón clásico que estuvo expuesto como elemento ornamental durante varias décadas. Ahora era un salón de belleza integral donde peinaban, afeitaban, cortaban el pelo, lavaban la cabeza, hacían manicura o pedicura, masajes e incluso se podía disfrutar de un baño de rayos UVA o una relajante sauna. ¡Cómo han cambiado los tiempos!
La verdad es que así era la calle del Carmen, o de los bomberos, como prefiráis, un lugar con setenta y seis viviendas, un mal llamado “Badulaque”, un salón de belleza, un bar, que no podía faltar y una iglesia sin campanario. Mi abuelo siempre decía que se podía vivir sin salir de ella y no le faltaba razón. Pero lo mejor que tenía aquella calle era la cercanía con los lugares verdaderamente importantes, como el mercado de abastos, famoso en todo el país y parte del extranjero, donde se vendían las mejores especias a ese lado del Mediterráneo y las más frescas frutas y verduras de la región. También el ayuntamiento estaba cerca, una maravilla de construcción de estilo modernista, aparece en las portadas de infinidad de revistas sobre arquitectura y de arte, y lo triste es que ninguno de los nativos del lugar lo miran cuando pasan junto a él.
Decía todo esto porque odio los cambios. Jamás he vivido en un lugar que no sea la calle de los bomberos ni he viajado a ningún otro sitio que no sea mi ciudad. Y de repente y sin previo aviso, me encuentro en una disyuntiva que en el mejor de los casos me va a llevar a muchos cientos de miles de kilómetros de mi hogar y en el peor a dar una vuelta al mundo o tal vez dos. ¿Cómo reaccionarías tú si de repente te dijeran que el destino del mundo estaba en tus manos? Resulta que no solo soy descendiente de uno de las primeras personas que adquirió una de las casas de la calle del Carmen, también lo soy de uno de los personajes más importantes de la historia y me toca seguir su legado quiera o no, ha llegado la hora de que emprenda el viaje de mi vida, y quizá sin retorno pues soy heredero de...

Espero que os guste, de momento es todo, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Diferentes temas, todos ellos importantes.

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Hoy son varias cosas las que quiero compartir con vosotros, y no me quiero dejar ninguna. Así que empezaré por el principio. Recientemente en la prensa local de La Llagosta, concretamente en la revista 08CentVint venía una noticia en la que aparecemos algunos autores locales, eso sí, en representación de todos. Esto es debido a que durante este mes de diciembre verá la luz dos cosas que tienen mucho que ver con los escritores de este municipio. Lo primero, la creación de una asociación Cultural "Resistencia Literaria" que nace con el objetivo de llevar la cultura a cualquier lugar del municipio. Podéis leer la noticia íntegra en el siguiente enlace:

http://www.08centvint.cat/blog/grup-dautors-locals-publicara-llibre-amb-relats-curts-desembre/

Cómo podéis comprobar en la noticia se habla también de la presentación de una antología escrita por los autores locales y que tiene como hilo argumental el pueblo de La Llagosta. Dicha antología se titula "barricadas de Papel y tinta, Vol. 1" y os dejo la portada de dicha antología para que vayáis abriendo boca:


En esta antología aparece un relato mio que lleva por título "Dr. La y Mr. Llagosta". Si quieres leerlo, tendrás que esperar a la presentación del libro y hacerte con tu ejemplar para poder hacerlo. Espero puedas esperar. La presentación, por cierto será el día 20 de diciembre de 2017 en el salón de plenos del ayuntamiento.

También quería compartir otra cosa con vosotros. Recientemente he vuelto a ser finalista en un concurso de micro-relatos en esta ocasión es el "III certamen Otoño e Invierno, de Diversidad Literaria" Esta es la portada de la antología que recogerá los ganadores y finalistas:


El relato mío que encontraréis en él se titula: "El único banco del parque" y dice así:

Cuando leyó la última palabra del libro que sostenía entre sus manos se dio cuenta que una lágrima rodaba por su mejilla. Estaba sentado en el único banco que quedaba en aquel hermoso parque, las hojas caídas de los árboles lo sumían en una belleza onírica. Volvió a leer aquella palabra pues es lo que esperaba para sí y lo antes posible. FIN.

Por hoy es todo, espero os haya gustado todo lo que habéis leído, espero vuestros comentarios. Nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Una noticia importante y un relato inédito

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

A todos aquellos que me siguen por Facebook ya lo saben, pero para los que tan solo pueden seguirme por aquí os lo diré también. Es una noticia importante. Amonathep tendrá segunda parte. Así, sin más, a palo seco y sin anestesia. Pero para eso aún falta, primero tiene que llegar "Entremés", que por cierto cuenta con los mismos protagonistas, Sergio, Alea y Víctor, y alguno más, como la protagonista de la que será mi segunda novela Bea. Seguid atentos pues en breve tendréis el próximo a vuestra disposición. Mientras eso ocurre quiero compartir un relato con vosotros, un relato inédito, de momento y de corte fantástico. Lleva por título "La guarida" y dice así:

Stella, la arquera elfa tenía su arco tenso y con la flecha preparada oculta entre unos matorrales. Drum, el enorme orco aguardaba junto a la entrada de la gruta maza en mano y junto a él el apuesto Alex, un guerrero venido del norte con su espada bastarda en su mano hábil y la rodela en el brazo menos útil. Tras ella el diminuto mago enano Havok, preparando su grimorio de conjuros y Anne, la humana, a la que no sabe si catalogar como sacerdotisa, embaucadora o bruja invocando a una divinidad a la que no conoce. También está con ellos el gnomo Puck, escondido entre las sombras para poder asestar una buena puñalada a su adversario. Es cierto que superan en número a su adversario, pero no en fuerzas pues su rival es el ser más peligroso que jamás existió.
Se encontraban en las inmediaciones de la gruta que era la guarida de quien tenía atemorizada a la población de medio mundo y se había autoproclamado rey, no era otro que el gigante Tom. Medía más de quince metros de alto, incluso Drum no era más que un mosquito para él. Pero no solo aterraba por eso, era hechicero, elementalista y nigromante. Luchar contra él era enfrentarse a los elementos y a los muertos, y su montura causaba tanto caos y destrucción como el mismo o tal vez incluso más. Es lo que suele ocurrir cuando alguien monta en la grupa de un dragón dorado. Era imbatible por tierra, mar y aire. Eran muchos los aventureros y ejércitos los que se habían medido a él y el resultado había sido nefasto. Ciudades aniquiladas, pueblos enteros desolados, millares de cadáveres y no menos tierras yermas como consecuencia del fuego y la destrucción.
Ellos se encontraban allí para intentar acabar con ambos, con el gigante y con el dragón, no es que esperaran que ellos triunfaran donde el resto de la humanidad habían fracasado porque fueran mejores que el resto o porque tuvieran algún arma revolucionaria que el resto desconocía, ni tan siquiera por que pensaran que su plan era mejor que los planes anteriores, simplemente estaban allí porque eran los últimos que podían hacerle frente, para bien o para mal eran los únicos que quedaban para poder acabar con él.
No han podido acabar de prepararlo todo cuando notan el pútrido aliento del dragón seguido de un fuerte olor a azufre, como si estuviera acercándose el mismísimo demonio del infierno en el que vivía. Una llamarada es lo primero que pueden ver que llena la entrada de la cueva de hollín, ceniza y ascuas y acto seguido quien aparece es la dorada cabeza reptiloforme del inmenso dragón. Stella no lo duda y deja volar su flecha y antes de que esta impacte ya tiene el arco tenso y una nueva saeta preparada. Su lanzamiento tiene éxito e impacta justo donde quería, el ojo de la criatura. Drum es testigo de primer orden de este impacto pues al globo ocular estalla a escasos centímetro de él y su ropa se mancha con ella y con sangre. No duda un instante de golpearle con su maza impactándole en el mismo lugar que la flecha. En el lado opuesto de la cara quien le asesta una buena estocada en el otro ojo es Alex. Sus ataques son infructuosos pues no consiguen más que abra su boca para que lance una nueva bocanada de fuego pero antes de que esta salga una veloz flecha surca el cielo clavándose en el interior de la garganta del poderoso reptil.
Y en ese momento una enorme bola de fuego sale volando en dirección al dragón de las manos del pequeño mago enano. Saben que no es suficiente para acabar con él pero si les deja tiempo para poder preparar el ataque contra el gigante. Saben que no tardará en salir, notan sus pasos por como tiembla el suelo como si se tratase de pequeños seísmos. No tarda en aparecer por gruta y lo hace propinándole un puntapié al orco que sale volando por los aires aterrizando varios metros por detrás de donde se encuentra la elfa. El ruido a huesos rotos que se escucha con el impacto habría servido para acabar con la vida de cualquiera, pero no con Drum que tras el impacto se levantó agarrándose la cabeza y tras arrancar una rama para poderla utilizar como garrote se incorporó a la pelea.
Todos sabían que debían de hacer, acercarse, golpear, huir, acercarse, golpear y huir. Esa era la única táctica que podían usar y aun así se llevaron más golpes de los que esperaban, contusiones, golpes, arañazos, cortes y contusiones. Pero aún no habían perdido la vida pues parecía que el gigante quisiera cebarse con ellos, hacerlos sufrir, torturarlos. Y si no hubiera sido por un hecho casual lo habría conseguido, pero cuando todo hacía pensar que él ganaría una vez más pero de repente su montura, el dragón dorado que había resultado herido nada más empezar el combate y que se había elevado volando muy arriba se desplomó como consecuencias de las heridas y lo hizo directamente sobre el gigante. La colisión fue mortal para ambos.
Los valerosos luchadores, malheridos, se agruparon para celebrar su triunfo pero antes siquiera de poder disfrutarlo escucharon pasos que surgían de la gruta. Eso quería decir que había más enemigos pues aquello era la guarida de los malos. Una figura bajita y algo encorvada se presentó ante ellos vestido con una túnica con capucha que cubría su cabeza. No era necesario leer las auras para darse cuenta que aquel personaje destilaba maldad por los cuatro costados. Se paró justo bajo el arco natural que formaban las rocas sobre su cabeza, tan solo un metro por detrás de los cadáveres del gigante y del dragón, sacó sus manos de las mangas (pues había metido la mano izquierda en la manga derecha y la derecha en la izquierda caminando con ellas cruzadas hasta ese momento) y separó un poco sus piernas. Cuando pudieron contemplar sus manos se dieron cuenta que no eran unas manos humanas pues parecían más garras, con unas uñas largas y negras, una mata de pelo oscura y recia que las cubría y de falanges largas y delgadas. Echó la capucha que ocultaba su rostro para atrás y entonces todos se aterraron.
Aquel ser que tenían delante tenía cabeza similar a un dragón, llena de escamas y con unos cuernos de tamaño considerable, un hilo de humo negro brotaba de sus orificios nasales y unos afilados colmillos asomaban a su boca. Si no estaban errados aquel ser no podía estar vivo, pues tan solo era un ser mitológico, fruto de la cultura popular, una leyenda urbana o en el peor de los casos, un antepasado que hacía siglos debía estar extinguido. A quién tenían delante era un Dracorato, un ser mitad dragón, mitad rata, de aspecto humanoide y de una maldad que escapaba de todo entendimiento. Eran los creadores de la magia negra, de los dragones y de todos los seres mitológicos conocidos.
Sed todos bienvenidos a mi humilde morada. Veo que han sido los únicos que se han enfrentado y han vencido a mis sirvientes, eso demuestra que son hábiles e inteligentes además de grandes guerreros. Pasen, quiero negociar con ustedes —les dijo, su voz sonaba fuerte y atronadora, como si saliera de algún lugar desconocido y profundo, tal vez del mismísimo averno.
La respuesta que le dieron fue atacarle con más ahínco del que hicieron con el gigante, pues no es que ese ser fuera maligno, es que era el mal en estado puro. Él movió rápidamente sus manos y una esfera le rodeó por lo que los ataques que contra él vertían resultaron infructuosos. Dentro de la esfera en la que se encontraba volvió a agitar sus manos, en esta ocasión lo que hizo fue chasquear sus dedos y todos los presentes fueron lanzados cientos o tal vez miles de metros hacia atrás. El impacto no los mató pero les hizo que perdieran la memoria, tardarían mucho en volver a recobrarla y cuando eso ocurriera él ya tendría un nuevo títere con el que atemorizar a la población. Quitó la esfera de su alrededor y se sacudió la ropa, volvió a colocarse la capucha y en ese momento notó un punzada de dolor en su corazón. Abrió la boca buscando el aire que le faltaba en los pulmones y una bocanada de sangre surgió de entre sus dientes. Se giró casi sin fuerzas y pudo ver como el gnomo Puck sostenía un ensangrentado puñal. No había caído en su presencia y le había apuñalado el corazón. El ser más pequeño e insignificante que existía había acabado con la vida del último creador de la vida. Echó mano de su corazón y cayó muerto al suelo, justo al lado del gigante y el dragón.

Por ahora nada más, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Ya van 10, ¿Lo celebramos?

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Pues sí, como pone en el título ya van diez, me refiero a concursos en los que he resultado finalista. En esta ocasión la alegría vuelve a ser doble pues mi hermano repite y compartiremos una nueva antología. En esta ocasión el concurso era el I certamen de Fantasía y Ciencia Ficción de Editorial Donbuk, aquí os dejo la portada del mismo:


El relato os lo dejo a continuación, lleva por título: Andrómeda Quick Asylum y es de corte futurista, dice así:

Ptolomeo contemplaba las vistas desde el gran ventanal de su habitación. Estaba cautivado por tanta belleza. LaBelle, su esposa lo observaba desde el lecho conyugal. Ambos estaban completamente desnudos pues acababan de hacer el amor. El brazo derecho de él, cubierto de cobalto y níquel brilló cuando la luz de una de las estrellas fugaces que surcaban el infinito incidió sobre este. Con la mano izquierda saboreaba el ambarino líquido que eones atrás fuera llamado whisky. Los cubitos de hielo tintinearon cuando dejó el vaso en una de las repisas vacías que se encontraban en la pared más cercana a donde se encontraba. Llevaban menos de cinco horas en aquel que era su nuevo hogar y aún no habían podido sacar nada de los embalajes en los que se encontraba sus pertenencias. Aunque se encontraba de espaldas a su mujer esta podía ver el ceño fruncido que se adivinaba en la cara de él.

—¿Qué es lo que te preocupa amado mío? —le preguntó poniéndose en pie y acercándose a él por la espalda.

—¿Por qué me ha de preocupar algo? —dijo él sin retirar su mirada de las estrellas.

—Te conozco —prosiguió LaBelle— y sé que algo te atormenta, llevas ausente desde que entramos en este lugar. Tanto es así que ni siquiera en la cama has sido capaz de evadirte de tus problemas, sean estos cuales sean y eso no te había ocurrido nunca —le abrazó por la cintura y le dio un beso en su musculada espalda, pudo comprobar que aún estaba sudada y el sabor salado que desprendía le recordaba lo mucho que le amaba.

—¿Acaso no he cumplido como de costumbre?

—No tengo queja eso es cierto —se pegó más a su cuerpo, sus enormes y preciosos senos se aplastaron contra él— pero ciertamente hoy no has estado como siempre.

Se giró y la miró a los ojos azules. No podía decir eso de mucha gente pues en sus casi dos metros de estatura eran pocos los que podían hacerlo, uno de esas pocas personas que podían mirarlo sin tener que levantar la vista era su esposa. Le acarició cariñosamente una de las mejillas con su dedo índice, como si quisiera limpiarle una lágrima inexistente. Luego le beso apasionadamente en la boca, beso al que ella se unió. Cuando además de compartir saliva sus lenguas entraron en contacto la mano de ella se dirigió al pene de él pero este se apresuró a apartarla y se separó un poco.

—¿Qué te ocurre Ptolomeo? Es la primera vez en tu vida que rehúsas el contacto sexual conmigo, ¿acaso amas a otra? ¿Ya no te atraigo? —le preguntó ella y no pudo evitar que sus ojos se anegaran de agua.

—No es eso —le contestó él tomando de nuevo el vaso de la repisa— ¿dónde iba a encontrar a una mujer como tú? Lo tienes todo mi amor, eres una mujer inteligente, fuerte, valiente, fiel, atractiva y muy sexy, cualquier hombre daría su vida con tal de poder verte así como yo te veo ahora, imagina lo que harían por poder mantener una relación contigo.

—Entonces, ¿qué es lo que te ocurre?

Él caminó un par de pasos y se detuvo, le dio un largo trago al vaso y saboreó el amargo néctar unos segundos en su boca, luego se giró de nuevo a LaBelle y la contempló unos segundos. Ciertamente era una mujer muy bella. Además de ser tan alta como él y tener unos ojos azules preciosos tenía una melena rubia y rizada a lo afro, un escultural cuerpo de ébano con una excelente figura de grandes y turgentes senos y unas largas piernas. Era un hombre tan afortunado por compartir su vida con ella. Suspiró y se sentó sobre la cama.

—¿Nunca te has preguntado por qué nos destinaron a este lugar? —le preguntó, ya no quería guardar su dolor para él nunca más.

—Es un ascenso —le contestó ella mientras caminaba hacia su marido contoneando sus caderas—, tu premio por la defensa que hiciste de la Tierra, en aquella batalla contra los alienígenas perdiste tu brazo y casi la vida, pero conservaste el planeta. Eres el héroe de todos los humanos.

—¿Eso te contaron? —prosiguió él sin poder contener ya las lágrimas— ¿Esa fue la mentira que te contaron para que me siguieras?

—Te habría seguido al infierno si fuera necesario, eres mi esposo y te amo.

—Entonces abre tus ojos mi amor. Esto no es un ascenso, si fuera así estaríamos en la Luna, como todos los supervivientes de aquel ataque. No soy un héroe, soy un villano. El planeta sobrevivió, es cierto, pero es yermo e inhabitable. Es solo una bola de piedra sin vida, uno más de los muchos meteoritos que pululan por el universo, y es culpa mía. Nunca debí lanzar aquellos misiles. Pasarán milenios antes de que ese planeta pueda volver a engendrar vida si es que lo hace alguna vez. Y todo por mi culpa.

—No tuviste más opción que hacerlo.

—¿No la tuve? —apuró el contenido de un trago y empezó a vestirse con su uniforme de gala —No sabes dónde estamos, ¿verdad LaBelle?

—En Andrómeda Quick Asylum, un hospital flotante.

—Es un frenopático, pero es algo más y peor, es una cárcel donde se encuentran los criminales más peligrosos y los enfermos terminales. Es el estercolero al que envían a todos aquellos que no quieren tener cerca, ni de la Luna ni de la Tierra. El lugar al que mandan a todos los que les molestan o los que no comulgan con sus ideas. En otra época a este lugar se le hubiera denominado «campo de concentración» o «de exterminio» —esto último lo dijo con un énfasis especial en la palabra exterminio—. ¡Nos han desterrado!

—¡No digas eso! —pudo decir antes de que empezara a llorar desconsoladamente.

Él se acercó a ella y le dio un casto beso en la frente justo antes de rozar en una cariñosa caricia uno de las aureolas de ella y su pezón.

—Vístete, no tardaran en venir a buscarnos mi amor, no estaría bien visto que te encontraran tal y como tu madre te trajo al mundo.

Dejó el vaso sobre la repisa de nuevo y se caló la boina azul con la que se tocaría la cabeza. Luego contempló su imagen en el espejo, las cuatro estrellas de su cuello, indicativo de su rango, brillaban con un destello propio. Las diversas medallas en su pecho le recordaban un pasado glorioso. Y la bandera de su brazo, una bandera de un país que hacía siglos que dejó de existir, como el resto de lo que alguna vez fue su planeta, la bandera de las barras y estrellas. Empezó a ponerse sus guates, no le gustaba que los desconocidos vieran su brazo biónico. Se giró hacia la cama donde se encontraba su mujer y la observó mientras se vestía. Se colocó bien el nudo de la corbata y se puso la casaca verde. Luego fue hasta donde se encontraba su esposa y le ayudó a acabar de vestirse. Cuando le ceñía la corbata le dio un beso en los labios, fue un beso largo y probablemente el más amoroso que nunca hasta ese momento le diera. En el mismo momento que sus labios se separaron alguien llamó a la puerta de su alcoba.

«¡Adelante!» dijo autoritariamente girándose a la puerta para ver quién llamaba. Dos hombres uniformados atravesaron el umbral y se cuadraron ante él. Pero no pudieron ocultar los objetos que portaban. Uno de ellos sostenía una camisa de fuerza de un tamaño considerable, el otro unas esposas. «¡NO ME DEJARÉ ATRAPAR!» gritó mientras desenvainaba su pistola  láser y disparaba sin apuntar. Los dos hombres se separaron y el tiro no les impacto y Ptolomeo salió corriendo por la puerta abierta. LaBelle cogía la bata blanca que había caído al suelo mientras hacía el amor con su marido y empezó a ponérsela.

—Doctora ¿se encuentra bien?, ¿le ha hecho algo ese hombre? —le preguntó uno de los hombre reincorporándose y poniéndose de pie.

—¿Qué podría hacerme? Es mi esposo.

—Cierto doctora LaBelle, pero también es un enfermo, vive en un mundo de fantasía en el que se cree un general o no sé qué.

—Sé lo que le ocurre, además de su mujer soy su psiquiatra, pero nunca pensé que estuviera tan mal.

—¿Qué quiere decir? —le preguntó el otro hombre mientras comprobaba por el ventanal como un caza se alejaba a toda velocidad.

—Ya no cree la mentira que le contamos de que era un héroe, ya empieza a saber la verdad, ¿Cuánto tardará en descubrir que yo fui quien le traicionó enviándolo aquí?

Y sin decir nada más se acercó a los dos hombres que había junto a ella y los empezó a acariciar mientras los desnudaba, ellos, le acariciaban también a ella y la besaban en el cuello. «¿Cómo pudo darse cuenta que esto era un destierro para él?» se dijo.

Espero os guste, es todo por hoy, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

domingo, 22 de octubre de 2017

Esta vez no pudo ser

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Así como normalmente anuncio que un relato mío a resultado finalista en algún certamen literario y en muchas ocasiones la alegría es doble pues también mi hermano resulta finalista en esta ocasión no ha sido así, no por parte de él que ha vuelto a resultar finalista en un concurso de relatos de terror, he sido yo el que no lo he sido. Pero no me arrepiento de mi trabajo. Cierto que eran unos relatos arriesgados pues no eran de terror al uso, pero precisamente por eso estoy orgulloso de ellos y quiero compartirlos con vosotros. En el concurso participé con dos relatos pero escribí tres. Aquí os dejo los tres para que los disfrutéis, o no.

El primero se titula "Huelo tu miedo" y dice así:

Estás muerta de miedo. Lo veo reflejado en tus ojos. Lo huelo en el ambiente enrarecido de tu habitación. Tú ni siquiera sabes que estoy aquí pero te veo, estoy cerca, muy cerca, más de lo que imaginas. Puedo ver a través de tus ojos, esos que te consumen del miedo. Encima de tu mesita de noche se encuentran varias jeringuillas con sus agujas aún sangrantes, la mayoría ya secas, pero algunas todavía frescas. Al igual que el polvo blanco cortado en forma de rayas sobre tu mesita, los que están junto a la botella de wishky barato y el canuto de aluminio. ¿Cuántas te has soplado esta noche? ¿Tres? ¿Cuatro?
Y el cuerpo desnudo que descansa junto a ti en la cama, seguro que no sabes ni a quien pertenece. Tan solo te ha servido para que caliente el tuyo y te pague esos caros vicios que tienes. Una lágrima rueda por tu mejilla. ¿Es el miedo el que te hace llorar o la consciencia repentina de la realidad? Te estás muriendo y lo sabes, lo hueles en el ambiente enrarecido de tu habitación. Veo el miedo reflejado en tus ojos porque estoy muy cerca. Demasiado cerca. Soy tu consciencia. Te mueres por tu mala vida. Pero tu alma no descansará en paz, lo sabes, solo tienes veinte años. Caes al suelo. Tu corazón se paró, tu cuerpo desnudo, antaño hermoso, se descoyunta al caer contra el suelo. Te mueres, lo huelo.

El segundo lleva por título "Frío", es este:

Mi cuerpo está aterido de frío. Pero en realidad no sé si es el frío o el miedo. Noto su aliento pútrido en mi pescuezo. Ha acabado con todo el grupo que me acompañaba en el campamento y ya solo falto yo así que sé que soy su próxima víctima. He visto como partía en dos a un titán de más de dos metros que hacía las veces de traductor. Como devoraba a una científica mientras esta aún estaba viva. Sus gritos eran ensordecedores, un espectáculo dantesco. También he visto como acababa con un oso polar con sus propias manos y sin recibir ni un solo rasguño. Y ahora yo soy el siguiente.
Soy el cobarde que se escondió en el almacén cuando todo empezó pero esto ha sido peor. He presenciado todo y ahora soy un blanco más fácil. Me he orinado y cagado encima y el frío me está matando. ¿O será el miedo?
Ya se acerca. Me ha visto y lo que es peor, yo lo veo a él. No puedo escapar, al refugiarme aquí he cavado mi propia tumba. Se acerca. Tiene sangre seca en su pechera pero le llega hasta la rodillas, y sus uñas, aunque en realidad son garras, gotean algo que debe ser una mezcla de sangre, sesos y algún otro fluido corporal. Avanza, estoy perdido. Me devorará, no quiero morir. Tardo en darme cuenta de que lo que estoy mirando es un espejo y el monstruo soy yo.

Y por último y no por ello menos importante, "Francotirador":

Agazapado en mi rincón del campanario que es el lugar más alto del pueblo en el que nos encontramos. En realidad sería más correcto decir que estaba estirado cuan largo era, mi mano derecha, enfundada en un mitón acolchado cerca del gatillo, de hecho, el dedo índice lo está acariciando. Mi ojo derecho en la mira telescópica, (que en realidad es mucho más, contiene un sensor de movimiento, imagen térmica para poder detectar personas incluso de noche, medidor de distancia y un amplificador de luz para poder ver como si fuera de día en las peores condiciones climáticas y lumínicas imaginables), oteando el horizonte para evitar emboscadas no deseadas. De momento todo resta en calma, demasiada calma diría yo para encontrarnos en mitad de una zona conflictiva como esta.
Nuestro teniente está hablando con los nativos, esos asquerosos están explicando un montón de patrañas, inventadas por supuesto, acerca de un monstruo que vendría del otro extremo del mundo para aniquilar a su pueblo, según parece es una antigua leyenda que se ha ido transmitiendo de padres a hijos de forma oral desde hace cientos, tal vez miles de años. Lo escucho todo por la radio que llevo colgada de mi cinturón. Pretenden asustarnos para que nos vayamos, solo por eso deberíamos exterminarlos a todos. Por mentirnos. Acaban de indicarnos que el monstruo llegó la noche anterior y fingen estar asustados. Nos indican por el lugar que llegó el monstruo pero allí solo están nuestros coches. Ya sabía que mentían.

Eso es todo por hoy, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir", nos leemos.

jueves, 19 de octubre de 2017

Otra vez más, finalistas

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Hoy quería compartir con vosotros una noticia. Nuevamente he resultado finalista en un concurso literario y nuevamente la alegría es doble pues mi hermano también lo ha sido. En esta ocasión ha sido en el IV Concurso Sensaciones y sentidos de relatos eróticos de Diversidad Literaria. Aquí os comparto la portada:



Pero también os dejo el relato por si queréis leerlo, no es extremadamente largo, se titula "Orgasmo" y dice así:

Sus manos se movían rápido acariciando su sexo húmedo, buscando el mayor placer posible, frotando con la palma de su mano el clítoris. Un gemido quedo se escucha en la alcoba justo cuando alcanza el orgasmo. Mientras se recuesta de nuevo sobre la cama contempla la foto de su esposo sobre la mesita. Lo echa tanto de menos. Siempre se toca pensando en él.

Espero os guste, es todo por hoy, nos vemos en "Mi rincón de escribir". Nos leemos.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Relatos finalistas

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Tenía pendiente de compartir con vosotros dos relatos finalistas de dos concursos de los que ya he anunciado y compartido portadas con vosotros, así que aquí los dejo.

El primero de ellos lleva por título: "Eres mi amanecer" es el que aparece en Escritores al Alba, antología del concurso de diversidad literaria, dice así:

Así como en el horizonte se besan el cielo y el mar y en el amanecer la noche y el día en mis sueños, tu boca y la mía.

El segundo que tenía que compartir es el del certamen literario de Donbuk editorial de microrrelatos que forma parte de la antología Predestinados y el relato lleva por título "Ya no tiemblo", aquí el relato:

El cañón de la pistola aún humeaba en sus manos. Acababa de matar al cabrón que la había violado hacía tan solo unos minutos. Ella había opuesto toda la resistencia que podía para evitar que lo hiciera pero le faltaba fuerza. Su cuerpo era ahora un mapa de hematomas, golpes y cardenales, que unido a su maquillaje corrido y a los tatuajes que decoraban su piel le daban un aspecto entre siniestro y macabro. Su cuerpo había temblado cuando se le abalanzó encima, cuando la poseyó brutalmente y cuando eyaculó dentro de ella. Pero ahora ya no temblaba. ¡Ya no!

Para este último concurso escribí dos relatos más que pronto compartiré con vosotros para que juzguéis vosotros mismos si el resultado hubiera sido el mismo, hasta entonces, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir", nos leemos.

viernes, 15 de septiembre de 2017

Portada que faltaba, y algún relato

Buenas noches desde el Rincón en el que escribo.

Quería aprovechar para compartiros la portada que me quedaba pendiente que por fin ya la tengo. Era la que pertenecía a la antología del concurso "Escritores viajeros" de la editorial Ojos Verdes. Aquí la portada:


También quería aprovechar la ocasión para compartir algunos relatos, uno de ellos es el que aparece en esta antología, se titula "El viaje de mi vida" y dice así:

Había decidido que aquel fuera el viaje de mi vida aunque no iba a estar solo. Decidí que nada más salir de casa al primer lugar que iría sería a Venecia, a surcar los canales en góndola. Luego pasaría por Egipto a tomar el sol a los pies de las pirámides o la esfinge. Después me perdería en la ciudad de Petra y proseguiría el viaje a la India, China o Japón. Nunca antes en mi vida había salido de mi pueblo así que si tenía que preparar un viaje tenía que hacerlo a lo grande.

Pero luego cambié de opinión. Un crucero por el Caribe para empezar. Paisajes de playas cristalinas, paraísos terrenales y maravillosos acuarios naturales. Y como colofón un paseo por las civilizaciones precolombinas. Conocería todo de la cultura Maya y Azteca y antes de regresar a casa visitaría Macchu Picchu y todo lo que pueda recordar a los Incas. Yo nunca he estado allí pero me han dicho que es el lugar más hermoso del mundo. Si tienes suerte incluso puedes ver a las llamas pastando a escasos metros de ti. ¿Cómo pudieron los hombres del pasado construir tales maravillas con la escasez de tecnología? Hoy día sería fácil pero entonces. Uff.

Aunque si nunca he salido de casa, ¿Por qué no empezar por las maravillas más cercanas? La obra de Gaudí en Barcelona, la Sagrada Familia o el Parque Güell dicen que son maravillosos. O el nacedero del Urederra en Navarra, hay no son las manos del hombre las que lo preparan todo sino la madre naturaleza la que hace de arquitecta, y  de qué manera. La Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia. Son tantas las cosas por ver y tan poco el tiempo que tengo. Debo planificar bien mi viaje, no hay que olvidar que es el viaje de mi vida.

Por fin ha llegado el día de mi gran viaje, pero no he navegado en góndola, ni he tomado el sol junto a Keops, Kefrén ni Micerinos. Tampoco he recorrido las calles de piedra de Petra. Ni he hecho un crucero, ni he visitado culturas extintas. Tampoco fui a Barcelona o Navarra o Valencia ni a ningún otro punto. El viaje de mi vida lo he hecho dentro de una caja de pino y el destino han sido dos metros cuadrados de nicho en mi pueblo.

En breve compartiré también el resto de relatos finalistas que aún no he compartido, pero eso será en breve, mientras tanto nos vemos en "Mi rincón de escribir". Nos leemos.

domingo, 27 de agosto de 2017

Doblemente finalistas

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Si en mi última entrada os informaba que nuevamente mi hermano y yo habíamos sido finalistas del II concurso "Escritores viajeros", del que estoy a la espera de tener la portada para compartirla con vosotros, hoy tengo que haceros participes de que nuevamente hemos resultado finalistas, los dos, en dos nuevos concursos, concretamente de:

II concurso de Microrrelatos de Editorial Donbuk, aquí la portada:

A día de hoy se puede conseguir a través de la web de la editorial pero no se durante cuanto tiempo, si no como siempre, yo dispongo de alguno.

El segundo es el II concurso de Microrrelatos "Escritores al alba" de diversidad literaria, aquí la portada:


Como en el caso anterior y hasta donde sé está disponible en la web pero por si acaso también tengo alguno, no mucho como en los casos anteriores, pero alguno sí. 

Próximamente añadiré los relatos de esos certámenes y el que os debo, mientras eso ocurre, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

lunes, 7 de agosto de 2017

Nuevamente finalistas y recomendaciones

Buenas noches desde el Rincón en el que escribo.

Como reza el encabezamiento de la entrada nuevamente somos finalistas, mi hermano y yo, de un nuevo concurso, en esta ocasión es el concurso "Escritores viajeros" (creo recordar) de la editorial Ojos Verdes. Cuando tenga la portada y el enlace de compra os lo pondré por aquí para que quien quiera pueda hacerse con uno o varios de esos ejemplares.

Quería aprovechar esta entrada también para hacer publicidad de otros libros que no son míos, sin que sirva de precedente (o sí), no voy a hacer autopromoción.

Los primeros libros que quiero recomendar son, como no podía ser de otra forma, los de mi hermano Pepe Ramos. Hasta la fecha, aunque en breve variará la cosa aumentando esta lista, son los siguientes;

- "Eclipse de sangre" - De Editorial Leibros,
- "La muerte no perdona" - De Editorial Artgerust,
- "Bocados de terror" - De Editorial Artgerust,
- "Tenebrae" - (Pronto a la venta) De Editorial Artgerust,
- "¿Hay alguien aquí?" - De Editorial Egarbook,
- "Asesina de hombres" - De Editorial Egarbook.

Y también quiero recomendar un libro muy ameno titulado:

- "Autocompasión de un tonto con suerte" de José Ramón Vera. 

Todos y cada uno de ellos merecen ser leídos.

Y ya puestos a recomendar, no os perdáis tampoco los tres libros de poemas de Paquita Pedrós, la novela de Mayte Bonilla, Los libros de Feli Ramos y de Feli García, o los de Lisa Aidan o de Sergio Bonavida, todos ellos lecturas interesantes para el verano o cuando se quiera.

Por hoy es todo, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

jueves, 27 de julio de 2017

Relato que faltaba compartir.

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Tenía pendiente con vosotros un relato con el que resulté finalista en un concurso que aparece en la antología HIMENEO de DONBUK editorial. El relato es el siguiente, se titula "PAUSA DE ESTUDIOS" y dice así:

Alba estaba encantada con el compañero que le había tocado para el trabajo final de la asignatura más difícil de la carrera. Había sido un algoritmo quien los había emparejado. De hecho había sido la última práctica que hicieron antes del trabajo. Tenían que diseñar un programa que los emparejara con algún compañero, que los complementara, para hacer el trabajo definitivo. Ella dominaba el tema de programación, pero en el tema hardware flojeaba. Mario, en cambio era un portento en esa materia aunque también era un programador de primera.

Aunque cuando lo vio por primera vez por la puerta de la biblioteca pensó «¿Quién coño es el “friky” que me ha tocado?». Se habían citado por correo electrónico en la biblioteca de la facultada de ingeniería, ella iba vestida con unos pantaloncitos tejanos cortitos y una camiseta blanca, el calor primaveral ya asomaba y se agradecía. Él en cambio llegó vestido todo de negro, con una camiseta de Spiderman y unos pantalones negros. Con unas botas militares y una cazadora de cuero. Sus ojos ocultos tras unas gafas de pasta y su cabello a media melena suelto y alborotado. Pero enseguida congeniaron. No era el bicho raro que todos decían. Era un chico dulce e introvertido que llevaba años preparándose para cumplir su sueño, crear un videojuego en el que se mezclaran sus dos pasiones, los cómics de superhéroes y la música Rock.

Aquel mismo día Alba le contó lo que pensó cuando le vio por primera vez y le pidió que él hiciera lo mismo. «Me he sentido el hombre más afortunado del mundo» ella lo miró extrañada y él prosiguió «Tengo de compañera a la chica más guapa de toda la universidad». Alba se sonrojó. Ella sabía que era guapa, muchos chicos se lo habían dicho, aunque no hacía falta, pues ella los sabía, pero que se lo dijera alguien tan dulce como Mario, porque lo era pese a la coraza de tipo duro que llevaba, provocó que se le subieran los colores.

Todo esto ocurrió el primer día. Habían transcurrido casi dos semanas. Estaban estudiando en casa de Mario, tenían el proyecto muy avanzado pero se habían encontrado con hueso que no podían roer, llevaban horas tratando de resolver unos cálculos y no había manera así que ella propuso hacer una pausa, pedir una pizza y continuar con ello después, con el estómago lleno «siempre he creído que con la panza llena los números salen solos» dijo y ambos rieron. Había mucha complicidad entre ambos. Él marcó desde su teléfono móvil el número de la pizzería local y les dijeron que tardaría aún media hora. Así que decidieron esperarla.

Mario estaba de pie, contemplando a Alba sentada en su silla. Nadie se había sentado antes en su silla salvo él mismo. Sus pantaloncitos cortos y la camiseta de tirantes que llevaba le hacían parecer muy femenina y a la vez le daban un aspecto sexy. Llevaba la melena azabache recogida en dos trenzas, una a cada lado y calzada con unas veraniegas sandalias con una cuña de unos cinco centímetros. Movió su cabeza a los lados mientras llevaba una mano a su nuca. Parecía que le doliera el cuello. Era lógico llevaban horas estudiando. Se acercó a ella por detrás, sus pasos no hicieron ruido sobre el enmoquetado suelo justo cuando ella empezaba a hojear uno de los tebeos que él tenía amontonados sobre el escritorio. Era uno en blanco y negro, clásico y en inglés, una verdadera joya de coleccionista, el número uno de «Los Cuatro Fantásticos». Él puso sus manos grandes y fuertes en los hombros de ella.

—Pareces tensa —le dijo.

—Lo estoy —respondió ella cerrando sus ojos­— llevo horas forzando el cuello y me duelen las cervicales.

Empezó a hacerle un masaje suave. Era un experto. Era evidente que tenía un pinzamiento y como por arte de magia sus manos empezaron a quitárselo, moviéndolas con firmeza pero a la vez con delicadeza. Poco después, y sin darse cuenta, Alba gimió. Tenía sus ojos cerrados, las piernas un poco separadas y las manos sobre su pantaloncito. Desde la privilegiada posición Mario pudo observar como los pezones de ella empezaron a marcarse en su camiseta. El detuvo su masaje unos segundos contemplándolos. Se sintió tentado de llevar sus manos a ellos pero dudó. Alba abrió sus ojos mirándolo desde abajo y con una sonrisa pícara, como leyéndole la mente a él dijo: «¡Vamos, acarícialos!, están así por ti». Él obedeció, llevó sus manos a los senos de ella apretándolos sobre la camiseta de ella. Alba volvió a cerrar sus ojos azules y gimió de nuevo al notar las manos de él jugando con su busto.
Cuándo una de las manos de Mario se coló por el escote de Alba y apretó el pecho izquierdo de ella no pudo evitar soltar un gritito. Sus manos, que hasta ese momento habían estado sobre su propio pantalón acariciándose tímidamente fueron hasta el cuello de él atrayéndolo hasta ella y cuando estuvo cerca le besó en la boca. Sus lenguas se unieron volviéndose una, sus salivas se mezclaron. La mano de él se aferró con más fuerza al seno de ella, notaba el erecto pezón clavándose en la palma de su mano. Así estuvieron muchos segundos, tal vez minutos hasta que él apretó un poco más el pecho de ella y ambos gimieron.

Alba, sin levantarse, hizo girar la silla para quedar de cara a él y llevó sus manos a la correa del pantalón de él. Mario dio un paso atrás. «¿No me dirás que eres virgen aún?» preguntó ella. Él asintió agachando su cabeza y poniéndose como un tomate. Alba se mordió el labio inferior mientras abría sus ojos. Extendió sus brazos, lo agarró de la correa y lo atrajo a sí. «Yo te enseñaré» añadió. Cuando lo tuvo cerca le desabrochó la correa y el botón bajándole la cremallera y luego los pantalones junto con el bóxer. El erecto pene de él casi le golpea en la cara. Estaba duro y grande. Ella llevó su mano derecha a la base del mismo, acarició sus testículos y luego empezó a masturbarlo lentamente mientras acercó sus labios y le dio un beso en la punta del glande.

—Dime que esto no es un sueño —le inquirió Mario.

—No lo es —dijo ella y acto seguido abrió su boca introduciéndose el sexo de él lentamente.

Ahora quien gimió fue Él. Cerrando sus ojos y llevando sus manos a la cabeza de ella. Alba movía su cabeza adelante y atrás, recorriendo con sus labios y su lengua el sexo de él cada vez un poco más rápido haciendo que su saliva lubricara todo el pene de él. Se detuvo un momento para ponerse de pie. Mario la contemplaba completamente excitado y no entendía por qué se había detenido cuando él estaba tan excitado. Ella sonrió y empezó a quitarse la camiseta, se giró y se la sacó por completo mostrándole su espalda desnuda, no llevaba sujetador. Estado de espaldas a él empezó a bajarse los pantaloncillos. Él pudo contemplar primero el tanga de ella y luego el trasero, redondo y firme. Dejo caer el pantalón al suelo y se giró a él. Mario estaba como hipnotizado mirando los senos de ella. Eran grandes, turgentes y firmes, con una aureola oscura y grande y un pezón del mismo color y grande como un hueso de cereza.

Ella se desnudó por completo quitándose la diminuta prenda que le quedaba en forma de tanga y se sentó en la cama. Con el dedo índice de su mano derecha le hizo un gesto para que se acercara. Él lo hizo besándole tras la oreja primero, sus labios bajaron lentamente por su cuello mientras sus manos jugaban en los pezones y aureolas de ella. Alba mientras tanto masturbaba con sus manos el pene de él  entre gemido y gemido pudo decir: «Penétrame, quiero sentirte dentro ya». Alba se echó en la cama, Mario se echó sobre ella, acercó su sexo al de ella y justo cuando estaba a punto de penetrarla el timbre sonó.

Mario se vistió para ir a recibir la pizza, la pagó y volvió corriendo a su cuarto, cuando llegó allí Alba estaba completamente vestida y sentada en su silla hojeando un cómic clásico de «Los Cuatro Fantásticos» en blanco y negro y en inglés. «Todo ha sido fruto de mi imaginación» pensó y esbozando una sonrisa dijo «¡A comer! Ha llegado la pizza». «Excelente, me muero de hambre» dijo ella y ambos empezaron a comer en silencio pero antes de que pudiera darle el segundo bocado a la primera porción de pizza ella dijo: «No te preocupes, después de comer lo retomamos desde donde lo dejamos antes». Mario sonrió. ¿Se refería al estudio o al sexo?

Por hoy es todo, espero volver pronto con más noticias, relatos o lo que sea, hasta que eso ocurra, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.